jueves, 7 de mayo de 2015

Terco Animal

Y en definitiva no se si estoy sola o acompañada. No se si mis amigas me quieren o están acostumbradas. Mi futuro con alguien no existe porque me falta el factor "alguien". La escritura de la que antes me enorgullecía ahora no se si de verdad existe como tal. 
Cuantas cosas son inseguras en la vida y cuantas firmes? Estoy en lo cierto si digo que el dolor siempre nos va a pisotear los instantes de felicidad? A qué precio? Si al final todos morimos y seguimos igual de solos. 
Que error tan grande el del humano en apoyarse en el prójimo. En uno igual a él, de su misma naturaleza y en conclusión obvia, con la misma estabilidad que las placas tectónicas de Japón.
¿Tan social es el hombre? Yo lo veo mas que nada terco y empecinado en  arruinar su existencia con banalidades que nada importan. Como por ejemplo las relaciones extra familiares, generan dependencia, problemas y dolor. Pero obvio que el único animal con uso de razón va a ir a por ellas, porque de los golpes vive y con ellos se regocija.
Y esta vez si, en definitiva somos
Masoquismo puro.



 


jueves, 9 de abril de 2015

Bicho Adolescente

Toda mi Pre adolescencia me pareció muy estúpida la idea de que un "teen" sufre y cree q el mundo se le cae abajo, que pierde la relación con sus padres y deja de confiar en todo lo que antes hacía. 
Pero sostenía eso por el simple echo de que todavía no había vivido la etapa crucial, sólo la miraba desde afuera con aires de superioridad e ideales anti marketineros de las revista que dicen entender todo lo que te pasa. 
Pero cuando las papas quemaban de verdad, ahí si me enteré lo que era que tu confianza en lo que sea que te rodee se vaya por el inodoro, o que la relación perfecta que tenías con tus viejos ahora sea una burda simulación de amor porque así lo dictan las sociedades familiares. 

Sin embargo lo que más dolía es que lo que hacía para evitar que sucediera, transformaba la situación en un ambiente propicio para que las cosas lleguen a ser lo que tanto negué en mis años púber. El estar consiente de que todo iba cambiando, de que no era la misma y ni miraba con los mismos ojos mi vida; hizo más lenta la tortura de crecer.
Por todo lo escrito en este post, entiendan que recordarme lo perfecta o sumisa que era antes no va a traer de vuelta a la vieja yo. Sólo va a presionar más a la actual y a convertirla con mas fuerza en ese bicho adolescente que tanto aborrecen.


miércoles, 8 de abril de 2015

¿Hasta que la muerte los separe?

No creo en alguien para toda la vida, al contrario de lo que cualquiera pueda pensar de esta adolescente, enamoradiza y que pierde la cabeza con el primer idiota que le promete el universo, cuando en realidad lo único que tiene es un cuarto en la casa donde vive con sus viejos. 

Seguramente es por eso que la idea de responder amor y fidelidad durante toda la vida a una misma persona, me parece imposible o casi ilógico; teniendo en cuenta que haciendo eso estarás completo y feliz "hasta que la muerte los separe". 

En definitiva, mi punto de vista todavía no esta determinado, y probablemente mi futura necedad adulta y las imposiciones sociales que son casi tan imperceptibles como fuertes, terminen llevándome al altar con alguien que por lo menos cumpla con alguna de mis expectativas infantiles de príncipe azul.

Pero mientras tanto me deleito con la rebelde idea de no casarme, y de generar revuelo todo aquel que toque el tema, ya que mis principios actualmente formidables (en lo que a mi idea respecta), me defienden bastante bien.

El ser humano es una criatura social, que depende de su prójimo, pero que su contacto excesivo y la misma rutina de la convivencia (no justamente bajo el mismo techo), despiertan un instinto egoísta y de amor propio que termina por definir el ambiente, en un lugar poco placentero por momentos e inseguro para la relación. 
 Es por eso que las relaciones eternas me parecen auto destructivas, uno puede amar con toda su alma, pero no para siempre. Después ya llega un momento que todo ese amor se convierte nada más y nada menos que en una alianza cómoda. Tal vez cada tanto la chispa vuelva a encender fogatas, pero no son más que eso, fogatas que nos alimenta y nos dan calor hasta que nos saciamos y nos vamos a dormir. Hasta la próxima hambruna en la que la fogata nuevamente será encendida.
Lo único que me queda por aclarar, es que en mi familia pude ser participe de dos generaciones de matrimonios que solamente la muerte los pudo separar, por lo tanto, luego del amor todo se vuelve compañerismo y rutina de dependencia que no es para nada horripilante; hasta digo que es completamente tierna.
Pero es una vez más esta situación la que me confirma que el amor fogoso y profundo no es eterno. 


Mirando al fondo


Me crucé un par de ojos, marrones, sin nada especial, no eran dignos de admirar ni mucho menos. Pero me los cruce.
Nunca voy a saber si fue mi propia ilusión e interna necesidad de sentir, pero el instante fue exacto, preciso y determinante. Percibí en el fondo de mi ser que me tocaban, que me aplastaba la mirada de un se desconocido, pero que por tres milésimas de segundos se convirtió en alguien que viene conmigo desde la "salita azul".
Lo más extraño de haber metido mis ojos en los de él y los suyos en los míos, fue la duración, no flanqueó ante mi insistencia, es más, redobló la apuesta y persistió. Sin tener en cuenta siquiera que le di la espalda.
Su dureza pero a la vez intencionalmente curiosa me mantiene alerta y con un constante ruido entre mis pensamientos. Que grasa me volví (o me volvió la situación) y que idiota de mi parte pensar que estos amores a primera vista son tan reales como el matrimonio de mis viejos.
Podría se paciente o colega de papá, ex alumno de mamá o hasta profesor de mi hermano. Pero lo único que se impregna en mis ideas, es que esta ligado a mi misma, a que desperté en él lo que él en mi.
Que insignificantes son los momentos de la vida, que terminan convirtiéndose el sentido de todo tu camino. 
Una sola cosa pido (como al final de cada nota),
Volver a ver esa poco pretenciosa mirada fijarse en mi.